La Caída del Cine Argentino: Un Ajuste que Lleva a las Familias al Borde del Abismo Cultural

Con el ajuste de Milei, el consumo cultural se desploma, y el cine enfrenta su peor crisis en 14 años, dejando a millones de espectadores sin opción de entretenimiento.

InfoMas Política 06/11/2024Info+MasInfo+Mas
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La Caída del Cine Argentino: Un Ajuste que Lleva a las Familias al Borde del Abismo Cultural

Con el ajuste de Milei, el consumo cultural se desploma, y el cine enfrenta su peor crisis en 14 años, dejando a millones de espectadores sin opción de entretenimiento.

En un contexto de ajuste brutal, el cine argentino se encuentra en una encrucijada histórica. Las cifras son alarmantes: para octubre de 2024, se registraron apenas 31 millones de entradas vendidas, una caída de 13 millones en comparación con el año anterior. Esta trágica situación refleja un cambio drástico en las prioridades de los argentinos, quienes, ante el aumento vertiginoso de los costos de vida, han relegado el entretenimiento a un segundo plano. Mientras los hogares luchan por cubrir necesidades básicas como la comida y el pago de servicios, el acceso a la cultura se convierte en un lujo inalcanzable.

La crisis económica, exacerbada por la caída de los salarios y el aumento del costo de vida, ha llevado a un cambio radical en los hábitos de consumo. Según datos de Ecolatina, el gasto promedio en tarifas se ha disparado de $30,000 a $240,000, dejando a las familias con poco margen para actividades recreativas. Este panorama desolador se traduce en un desplome del consumo en actividades culturales, donde el cine es uno de los sectores más golpeados. Hasta antes de la pandemia, el cine argentino disfrutaba de más de 40 millones de espectadores anuales; sin embargo, las proyecciones para 2024 sugieren que esta cifra podría caer a menos de 33 millones.

El impacto del ajuste de Milei no se limita solo a la reducción de asistencia a las salas, sino que también se ve reflejado en la reciente modificación de la Ley de Fomento de la Actividad Cinematográfica Nacional. El nuevo decreto busca "optimizar" los subsidios, alineándolos con criterios de audiencia y eficiencia, lo que podría dejar a muchas películas sin recursos esenciales para su producción y distribución. La exigencia de que las plataformas de streaming revelen sus cifras de audiencia añade una capa más de incertidumbre al futuro del cine argentino, ya que estas empresas han sido reacias a compartir dicha información.

Las cifras de asistencia al cine son un reflejo del contexto socioeconómico: en los estratos más favorecidos, la asistencia sigue siendo significativamente mayor que en los sectores populares, donde el cine se ha convertido en un lujo. En este contexto, los precios de las entradas han escalado a niveles exorbitantes, alcanzando hasta $10,850 en algunas cadenas, lo que hace que una salida familiar al cine represente un desembolso considerable.

Además, los costos de los alimentos y bebidas dentro de las salas han alcanzado precios desproporcionados, con combos que superan los $29,000, lo que convierte una simple salida al cine en una odisea financiera. Este panorama se agrava aún más con la concentración de cines en las principales provincias, donde el 78% de los espectadores se agrupan en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y CABA, dejando a muchas comunidades sin acceso a entretenimiento cinematográfico.

La combinación de estos factores no solo pone en riesgo la supervivencia del cine argentino, sino que también amenaza a toda una cultura que ha sido parte de la identidad nacional. A medida que las familias priorizan su supervivencia ante un gobierno que parece ignorar las realidades del pueblo, el futuro del cine se dibuja sombrío. Sin cambios urgentes, podríamos estar presenciando el ocaso de una de las formas de arte más queridas y representativas de Argentina.

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