El Papa Francisco: "No volvería a la Argentina".

El papa Francisco afirmó que si en algún momento llegara a renunciar a su cargo, no elegiría vivir en el Vaticano ni en Argentina.

Su escenario ideal, de tomar la decisión de dejar su puesto, sería quedarse en una iglesia de Roma donde seguiría escuchando las confesiones de los fieles.

Incluso dio a la basílica de San Juan de Letrán como su posible morada, aunque se encargó de decir que no tiene intenciones de dejar su lugar como el sumo pontífice. Todo esto fue comentado por Francisco en una entrevista donde aprovechó para negar los rumores de su retiro.

De todas formas, parece que el Papa no se cierra totalmente a la posibilidad ya que aseguró que "la puerta está abierta". Lo cual se volvió una posibilidad desde que Benedicto XVI renunció en el 2013, dándole pasó al argentino dentro del papado. Antes del emérito papa, nadie había renunciado al puesto en 600 años.

Esto parece tranquilizar a Francisco ya que sabe que, de necesitarlo, puede renunciar a su puesto. "No tengo ninguna intención de renunciar. Por el momento no. Sin embargo, si veo que no puedo, o hago daño o soy un estorbo, espero la ayuda para tomar la decisión de retirarme" aclaró el pontífice.

Durante la charla el papa recordó que justo antes de ser elegido como el nuevo líder de la iglesia Católica Apostólica Romana, tenía planeado retirarse como arzobispo de Buenos Aires. Incluso tenía un departamento en la capital argentina. Donde también contaba con una iglesia para seguir escuchando confesiones.

Al actual papa le agrada tener la presencia de un colega emérito, aunque cree que el Vaticano debería regular mejor dicha figura. Es que Benedicto, si bien ya no deseaba ser el papa, no dejó de usar el nombre dado por la iglesia y continua usando la sotana blanca del pontífice.

Hay quienes creen que este tipo de cosas sembraron confusiones en el Vaticano y en los fieles. Además de dar pie a quienes cuestionan la figura de Francisco como papa para poner a Benedicto como referencia, cosa que puede amenazar la unidad de esta rama del catolicismo.

El papa aclaró que esta primera experiencia con un emérito ha sido buena, sobre todo porque Benedicto es un hombre "santo y discreto". De todas formas dejó en claro que en una próxima oportunidad las cosas pueden cambiar.

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