¡Victor no merecía morir así! Indignación nacional por el joven autista acribillado por la policía en Idaho

Tenía 17 años, era autista, no verbal y padecía parálisis cerebral. La policía de Pocatello le disparó 9 veces en segundos. Hoy, su familia se despide mientras una nación exige justicia.

InfoMas Internacionales 13/04/2025InfomasInfomas
FB_IMG_1744586548007

¡Victor no merecía morir así! Indignación nacional por el joven autista acribillado por la policía en Idaho

Tenía 17 años, era autista, no verbal y padecía parálisis cerebral. La policía de Pocatello le disparó 9 veces en segundos. Hoy, su familia se despide mientras una nación exige justicia.

Estados Unidos llora. Llora la pérdida de Víctor Pérez, un adolescente autista, dulce, no verbal, de apenas 17 años, que fue baleado nueve veces por la policía de Pocatello, Idaho, mientras sostenía un cuchillo en su propio patio. Víctor no estaba solo: su madre y su hermana, conocedoras de sus crisis, trataban de calmarlo y pidieron ayuda. Pero la ayuda que llegó no fue vida… fue muerte.

Sin evaluación. Sin diálogo. Sin humanidad.

Los oficiales abrieron fuego a través de una cerca de alambre segundos después de llegar al lugar. Su madre y su hermana gritaban desesperadas: “¡Por favor, no le disparen! ¡Es autista!”

No importó.

https://www.facebook.com/share/1QUpJGPb4G/

(Video de el momento que la policía dispara a Víctor)

Víctor fue llevado en estado crítico. Perdió una pierna. Entró en coma. Y finalmente, el diagnóstico fue irreversible: muerte cerebral. Este sábado, su familia tomó la desgarradora decisión de desconectarlo del soporte vital. Ya no había esperanza.

Solo dolor. Solo rabia.

Las redes sociales han explotado con el clamor:

#JusticiaParaVictor,

#ElAutismoNoEsUnCrimen,

#Somos1de36.

https://www.facebook.com/share/r/1BSAEEjDHD/

(Video en pedido de justicia)

“Esto no fue un accidente, fue una ejecución por ignorancia”, escribió una ex profesora de la familia. “Víctor era un niño. Un niño con dificultades. Y Pocatello falló.”

La familia, de origen puertorriqueño, había venido a EE. UU. buscando una vida mejor. Hoy, están devastados. Y exigen algo que no debería ser revolucionario: socorristas capacitados en autismo. Porque la ignorancia no puede seguir costando vidas.

Ya no es solo Víctor. Es cada niño que podría ser el siguiente.

Ya no alcanza con lamentos. Se necesita legislación, capacitación, empatía.

¡Basta de disparar primero y preguntar después!

Basta de tratar la neurodivergencia como amenaza.

Víctor merecía vivir. Víctor merecía ayuda. Y esta vez, la ayuda llegó con balas.

Te puede interesar
Lo más visto