“Siguen desaparecidos: dos nombres, dos familias, una provincia que aún espera respuestas”

A más de dos años de la desaparición de Darío Codina Bandes y Nataniel Guzmán, el Ministerio de Seguridad y Justicia de Mendoza ofrece millonarias recompensas para quienes aporten información certera. El silencio duele, pero la esperanza resiste.

InfoMas Provinciales27/08/2025InfomasInfomas
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“Siguen desaparecidos: dos nombres, dos familias, una provincia que aún espera respuestas”

A más de dos años de la desaparición de Darío Codina Bandes y Nataniel Guzmán, el Ministerio de Seguridad y Justicia de Mendoza ofrece millonarias recompensas para quienes aporten información certera. El silencio duele, pero la esperanza resiste.

El tiempo es cruel con quienes esperan. Los relojes avanzan, pero para las familias de Darío Sebastián Codina Bandes y Nataniel Ricardo Guzmán, todo se detuvo entre enero y febrero de 2023. Desde entonces, ninguna pista firme, ningún llamado, ningún indicio que permita reconstruir el destino de estos dos jóvenes mendocinos que un día simplemente dejaron de estar.

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Hoy, más de 900 días después, el Ministerio de Seguridad y Justicia de Mendoza publicó un comunicado oficial anunciando recompensas de $10.500.000 para quienes puedan ofrecer datos certeros que ayuden a encontrarlos. No es solo una cifra: es el reflejo de una búsqueda desesperada, la necesidad de un Estado que intenta no rendirse ante el olvido.

Darío desapareció el 17 de enero de 2023 a las 12:00, y desde entonces su nombre habita en los archivos policiales y los carteles descoloridos pegados en postes y paradas de colectivo. Solo diez días después, Nataniel también se desvanecía del radar. Su ex pareja denunció que mantuvo una conversación con él por WhatsApp ese día, a las 13:36. Dijo que él acababa de regresar de Mar de Ajó. La última señal de vida registrada por la compañía telefónica Claro fue el 2 de febrero a las 19:48, detectada por una antena en Canota, Villavicencio, Las Heras. Después, nada más.

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Lo que sigue es un vacío. Uno que carcome. Uno que convierte días en eternidades.

Las familias, por su parte, no bajan los brazos. Sostienen fotos entre lágrimas y carteles entre manos temblorosas, se aferran a cualquier indicio, a cualquier mensaje que llegue con un “quizás”, con un “tal vez los vi”. La recompensa que hoy se ofrece no es solo un incentivo económico; es un pedido de auxilio social, un grito desesperado para romper con el pacto de silencio que suele envolver a las desapariciones.

Darío y Nataniel podrían ser hermanos, primos, compañeros de escuela, vecinos. Son rostros conocidos para una comunidad que no puede, ni debe, acostumbrarse a perder jóvenes sin saber por qué ni cómo.

Las autoridades mendocinas insisten: toda información será tratada con confidencialidad. Lo que se necesita es romper el silencio. Devolver a dos madres la posibilidad de dormir en paz. A dos familias la opción de cerrar un duelo, o abrazar un milagro.

Si tenés información sobre Darío o Nataniel, comunicate con el Ministerio de Seguridad y Justicia de Mendoza. La verdad puede estar en tus manos.

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