"Milagro en la Plaza: El Camión Sin Frenos que Desafió a la Muerte"

"Milagro en la Plaza: El Camión Sin Frenos que Desafió a la Muerte"

"En un épico operativo policial, un camión a 100 km/h se estrelló contra la plaza Independencia, pero la valentía de dos policías evitó una tragedia mayor"

En un día que podía haber sido recordado como una de las peores tragedias en la historia de Mendoza, el destino tuvo otros planes. En 2004, un camión descontrolado y sin frenos se lanzó a toda velocidad desde el Parque, recorriendo las calles de la Quinta Sección a 100 km/h y dirigiéndose directamente hacia la concurrida plaza Independencia. Sin embargo, la rápida acción del ex cabo primero Jorge Dulce y su compañero lograron evitar lo que pudo haber sido una catástrofe.

“Cuando el camión comenzó su descenso, todo lo que podía hacer era seguir adelante y abrirle paso”, relata Dulce, quien recuerda la adrenalina de aquellos momentos. Con la baliza encendida y el megáfono en mano, se convirtió en la última línea de defensa entre el monstruo de metal y los desprevenidos transeúntes. “La gente corría, andaba en bicicleta, y nosotros sólo pensábamos en que nadie se atravesara”.

El camión, cargado con talco y damajuanas, avanzaba sin control, pero sorprendentemente, no hubo heridos. Dulce, que estaba a tres metros del camión durante la maniobra, se siente agradecido por la suerte que tuvieron esa tarde. “Diosito se sentó al lado nuestro y salió todo bien”, dice con un suspiro de alivio.

Sin embargo, la reciente tragedia de un colectivo en el mismo parque, que resultó en la muerte del chofer y lesiones a varios pasajeros, hace que Dulce reflexione sobre el valor de la vida y el deber de los que están en la línea de frente. “Fue muy triste lo que le pasó al chofer. Su valentía fue admirable”, añade.

En un giro de los acontecimientos, la historia del camión sin frenos se convierte en un recordatorio de la fragilidad de la vida y la importancia del heroísmo en momentos de crisis. La plaza Independencia, testigo de un milagro, se mantiene como un símbolo de la valentía y el sacrificio de aquellos que, como Dulce, eligen enfrentar el peligro para proteger a otros.